Que no es cuestión de alturas.
Que el pánico lleva mi nombre.
Que mi interior es un pozo oscuro
al que me da miedo asomar
si quiera una ceja.
Que me caigo dentro de mí
y que no puedo salir.
Que en el fondo estás tú pero no me coges.
Que la polea eleva las lágrimas,
la sed.
Que tu cara es la humedad que cala.
Que tu eco se crea pero no se destruye.
Que es posible ahogarse respirando.
Que no me miro para no verte.
Todo eso y más.
Lo que quisiera decir.