Qué temblor en los pulmones
respirando tus palabras, y,
entrecortadas mis dudas bellas
si pienso en ti,
ay,
me vuela el miedo
se escapa sin consuelo
expira en mí.
Adiós
buhonero del deseo al que nunca tuve cerca
y cada luna presentí.
[Una y otra vez, y todo lo que no acaba…
Precioso
ey